lunes, 6 de julio de 2009

La sociedad

De unos días para acá, sin una razón aparente me he puesto a pensar en los comportamientos de nuestra sociedad, acontecimientos, noticias, personajes con los que diariamente me encuentro, y tristemente me doy cuenta que vivimos en una sociedad deshumanizada, indiferente y apática, la gente ya no tiene sentido del asombro ante lo que ocurre a su alrededor, solo piensa en su bienestar sin importarles el bienestar general, el sentido común no tiene nada de, como su nombre lo indica, común, los deseos y anhelos de las personas se convierten en ideas individuales, no se sueña con ideas comunitarias.

Las personas cada vez están más divididas, van formando cada vez mas subgrupos de los grupos ya existentes, la diversificación en los negocios es una gran arma frente a un mercado globalizado, pero es un concepto que a la sociedad está destruyendo ya que en la práctica, no se tienes ideas globales.

Suceden cosas cada vez más preocupantes, enfermedades incurables, que terminan de manera brutal con la vida, inseguridad, muertes y en vez de haber mayor preocupación ante esto, la sociedad es indiferente, ya no asombra a nadie que haya otra muerte en Juárez, no les preocupa que se esté sobrecalentando el mundo, que se termine el agua, que existan guerras o que sigan habiendo muertos por conflictos religiosos, la gente se burla de las enfermedades, de las muertes, se han perdido lo que tantas veces he oído decir a la gente mayor, los valores.

Ya no hay respeto hacia las ideas ni a las personas, la honestidad cada vez es más difícil de encontrar en alguien, no existe tolerancia entre individuos, todo es sacar provecho de los demás, si no se piensa como uno quiere, los demás están mal, si no se persiguen los mismos intereses, se está mal, si no ayuda alguien a lo que buscamos, no sirve, si no me genera un beneficio, no sirve, cada vez nos llenamos mas de actitudes egoístas.

Las personas honradas no caben en esta sociedad, personas que desean un bien común son ignoradas y tachadas de locas, lo que llama la atención a la sociedad en general, son las riquezas, es el poder, la belleza, es lo material.

En este arrebato mío de analizar a la sociedad me llegue a preguntar que de quien era la culpa de que cada vez estemos peor y no puedo culpar a la persona que está a mi lado por todo esto que sucede, a los gobiernos, a las instituciones, a las corrientes ideológicas o a un ser infernal, me di cuenta que la culpa es mía, de nadie más.

No soy perfecto, lo sé y practico muchas de las ideas que ahora me cuestiono pero creo que los cambios deben de venir de mí y hacia los demás y es un concepto difícil de realizar, ya que hacer un cambio hacia los demás implica pensar en lo que los demás piensan, sueñan y sienten, dejar de solo pensar en lo que yo quiero y en la gente que quiero, es respetar a los que me rodean, sin importar preferencias, ideologías o status social, ser tolerante con toda la gente, ser honesto en toda actividad que haga, querer al que está a mi lado, simplemente porque es una persona igual que yo.

Creo fielmente que si uno empieza por uno mismo entendiendo que la culpa no la tiene los demás si no la misma persona, retomamos los valores fundamentales y defendemos al núcleo más importante de una sociedad y de la economía como es la familia, las cosas pueden mejorar, y no va a ser inmediato, va a llevar su tiempo, Roma no se construyo en un día.

Tengo la bendición de ser papá y quiero enseñarle a mi hijo a pensar así y mucho de que el entienda el concepto, es que me vea practicarlo y lo conciba como un estilo de vida y así podre ver como él será participante activo de una sociedad distinta, una sociedad con valores.

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