domingo, 19 de julio de 2009

Volver a ser un niño

El día de hoy me encontraba con mi hijo en uno de esos restaurante conocidos como de “fast food” en donde promocionan que se come como rey, después de hacer el pedido de nuestros respectivos alimentos y de que mi hijo ignoro por completo su comida para abrir de inmediato su juguete e irse corriendo a el área de juegos, comportamiento que comprendo totalmente, me encontré en una escena bastante graciosa, estábamos frente a un tablero de un juego de gato con nuestras coronas de cartón viendo quien era mejor, durante los muchos juegos que tuvimos platicamos de muchas cosas y el me hizo muchas preguntas, esa preguntas que solo hacen los niños, esas dudas que en su desconocimiento y en su nobleza, solo un niño puede hacer.

De esa muy buena plática con mi hijo nace lo que hoy escribo y es que me puse a pensar ¿En que momento dejamos de perder esa nobleza que se tiene cuando somos niños? ¿Cuando es que los miedos, los rencores o los resentimientos entran en nuestras vidas? ¿Cuando es que las ganas de querer salir adelante, de triunfar, de ser el mejor nos hace olvidarnos de lo más importante, de lo esencial? ¿Cuando es que dejamos de pensar como niños?

Se que un niño no tiene los compromisos ni las responsabilidades que uno tiene, pero tienen una forma de pensar sencilla, inocente y sin malicia, no se complica la vida como uno a aprendido a complicársela, es muy curioso, como uno va creciendo y quiere ser grande, quiere aprender mas, quiere lograr mas, quiere tener mas, como siempre queremos hacer algo grande cuando las cosas que realmente valen la pena se componen de cosas pequeñas.

Creo que deberíamos de volver a lo básico y volver a ser como un niño, me despido con una frase de José Martí. “Ojala todo acabara en un niño”

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